La primavera es la estación en la que más tiempo dedicamos a cuidar nuestro jardín: plantar semilleros, flores, arbustos, hortalizas, etc. Sin embargo, como en cualquier lugar, las ondas circulan en este espacio exterior en el que nos complace especialmente pasar el tiempo. Estas energías ambientales tienen un impacto en la forma en que nos sentimos dentro del lugar por el que pasan. De ahí la importancia de tenerlo en cuenta a la hora de diseñar nuestro espacio exterior. Cada vez son más los jardineros incipientes y experimentados que se apoyan en la geobiología para rearmonizar las energías ambientales y diseñar sus exteriores teniendo en cuenta los campos eléctricos y magnéticos presentes en el entorno. Si se trazan en un mapa las redes energéticas que lo atraviesan, se puede trabajar en su organización en función de las zonas energéticas positivas o negativas detectadas.

Las ondas escalares, fuente de vida

Las ondas escalares, por su naturaleza muy diferente a la de las ondas electromagnéticas, ya que tienen forma de espiral, son parte integrante de lo que los físicos llaman «ruido de fondo», la mezcla de ondas sin la cual no sería posible ninguna forma de vida. Este ruido es permanente y nadie escapa a él, ya que proviene del cosmos, del sol, de las rocas, de la tierra y de los seres vivos que nos rodean. El 50% de nuestras necesidades energéticas son suministradas por esta luz cósmica, que es tan indetectable como vital. Estas pequeñas partículas, superabundantes en el universo, nos alimentan a cada momento, tocando cada parte de nuestro cuerpo y toda la materia cada segundo, por decenas de miles de millones, y pasando fácilmente a través de éstos. La tecnología mom® tiene como objetivo emitir esta energía que da vida transformando las emisiones de ondas electromagnéticas contaminantes en emisiones de ondas beneficiosas para la salud de los seres vivos mediante la generación de ondas escalares.

Las soluciones mom®, sutiles aliadas de la geobiología

Así, es fácil imaginar que estas ondas escalares tienen un impacto positivo en las plantas y otros componentes que adornan nuestros jardines. Particularmente penetrantes, son efectivamente recibidas por antenas de la misma forma. El ADN de cada célula de una planta, un animal o un ser humano tiene forma espiral o helicoidal. Cada parte de un cuerpo vivo es, por tanto, un receptor de ondas eléctricas espirales u ondas escalares. Gracias a las soluciones mom®, que emiten ondas escalares, es posible asegurar la buena salud de su jardín. La estimulación del crecimiento de las plantas, el saneamiento del suelo o el control de las plagas son todas observaciones que se hacen cuando se utiliza el corrector ambiental mom® para este fin.
Colocado cerca del jardín o en el interior de la casa, este cubo de seis caras actúa en todas las direcciones del entorno en un rango de 100 metros (evaluaciones realizadas con la antena Lecher). Del mismo modo, colocarlo cerca de un suministro de agua mejorará la calidad del agua para regar las plantas. En geobiología, el corrector ambiental mom® es un aliado muy valioso. Cuando se comprueba la presencia de zonas patógenas, basta con colocar el cubo en el suelo y la zona en cuestión se corrige inmediatamente. Esto elimina el tedioso análisis que suele ser necesario para localizar los puntos precisos en los que debe colocarse el cubo.