Desplegada desde enero en Francia, la tecnología que se ha anunciado durante varios años como una revolución en el uso digital sigue causando controversia. Mientras que algunos lo ven como un tremendo avance tecnológico, otros temen que tenga efectos perjudiciales para la salud y el medio ambiente. De hecho, el 5G debería permitir nuevos usos en muchos ámbitos (medios de comunicación, salud, transporte, etc.), que se beneficiarán de velocidades hasta 10 veces superiores a las del 4G. Pero se plantean muchas preguntas sobre la radiación magnética de esta nueva tecnología y sus posibles repercusiones en los organismos vivos. Y no en vano: hasta la fecha no existe ningún estudio científico al respecto y nadie sabe realmente cuál es el índice de emisión de ondas del 5G, sobre todo a largo plazo. Esto no ha impedido que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasifique la emisión de sus radiofrecuencias como posible carcinógeno para el ser humano (Grupo 2b).

La frecuencia de emisión en cuestión

Las preocupaciones se refieren más a la frecuencia de las ondas electromagnéticas 5G que a su naturaleza. Al prometer una velocidad diez veces superior a la del 4G, estas frecuencias serán mucho más elevadas, al igual que el número de antenas de relevo para propagarlas. Además, aunque estas ondas electromagnéticas no provocan ningún cambio en el ADN, sí tienen un efecto térmico, cuyos efectos a largo plazo aún se subestiman, y que pueden dañar gravemente los tejidos biológicos por calentamiento. Según algunas autoridades, este riesgo debería eliminarse mediante el respeto de los umbrales de frecuencia. Sin embargo, es legítimo preguntarse si realmente será posible controlarlos y respetarlos.

Las soluciones mom®, barreras de protección contra las ondas electromagnéticas

Las personas electrohipersensibles (EHS), intolerantes a la exposición a las ondas electromagnéticas, son a priori las más afectadas por estos impactos negativos del 5G en el ser humano. Pero el desequilibrio energético que se genera en todas las personas tras la exposición a estas ondas puede ser la causa de numerosas patologías: cánceres, estrés celular con daños genéticos y en el sistema reproductivo, déficit de aprendizaje, memoria y concentración, trastornos neurológicos, etc. Todo ello sin olvidar que es difícil conocer realmente los efectos del 5G en el cerebro.

Al estar equipadas con dispositivos que captan las ondas electromagnéticas y las convierten en ondas positivas favorables al desarrollo de los organismos vivos, las soluciones mom® son verdaderas barreras protectoras contra las ondas electromagnéticas. De hecho, invierten su polaridad y generan ondas escalares, ondas que son las más beneficiosas para la salud humana, según coincide cada vez más la comunidad científica. Desde los colgantes mom1® y mom6®, para protegerse individualmente, hasta el corrector ambiental mom®, que irradia a más de 130 metros, se han diseñado varios dispositivos para protegerse a uno mismo y a su entorno del impacto de estas ondas. Estos dispositivos son esenciales para quienes deseen protegerse eficazmente de las ondas electromagnéticas, ya que se espera el despliegue masivo del 5G en los próximos meses.

El equipo Espace mom