La aparición de rojeces, manchas, irritación por descamación o picor son las principales manifestaciones de las enfermedades cutáneas. Se conocen como psoriasis, herpes, lupus o vitíligo, por nombrar sólo algunos, siendo el más común el eczema. Esta afección dermatológica, también conocida como dermatitis atópica, afecta a casi el 10% de la población, y se caracteriza por un grave picor en la piel seca, que llega a provocar la aparición de ampollas o vesículas en la epidermis en sus formas más graves. Sus zonas favoritas son las manos, el interior de los codos, la parte posterior de las rodillas, la cara y el cuero cabelludo. Tanto si estas enfermedades de la piel son de origen hereditario, autoinmune o alérgico, su causa suele ser un misterio. No suelen estar exentos de un importante componente psicoemocional. En particular, el eczema y la psoriasis, pero también el liquen, el vitíligo, el lupus y muchas otras enfermedades. Por lo tanto, en lugar de optar por los corticoides que calmarán los síntomas hasta la próxima crisis, es mejor observar las emociones que nos impulsan y que se expresan aquí manifestándose a través de nuestra piel.

La piel, memoria de nuestras emociones

Con 5 millones de células sensoriales, la piel es, según algunos médicos, el órgano más importante del ser humano. Parte del cuerpo intrínsecamente ligada al sistema nervioso, nace al mismo tiempo que éste cuando somos concebidos en el vientre materno. En efecto, es en el  día de embarazo cuando el ectoplasma, la capa externa del feto, se invagina, creando el sistema nervioso en el interior y la piel en el exterior. Esta concordancia fisiológica explicaría en parte la idea, defendida por muchos especialistas, de que la piel es el reflejo de nuestras emociones. El pionero en este campo es el psicoanalista Didier Anzieu, autor de «Le Moi-Peau», publicado en 1974, año en que se empezó a asociar el psicoanálisis con la dermatología. La piel recibe, la piel transmite y la piel es una maravillosa herramienta de lenguaje corporal. Depende de nosotros estar atentos a los mensajes que nos envía.

Ondas escalares y emociones

Cuando se trata de emociones, las ondas escalares se convierten en aliadas desde el momento en que nace la intención. Los escalares van en la dirección del individuo. En otras palabras, acompañan la intención. Cuando las emociones, a través de las manifestaciones de la piel, revelan un problema emocional y psicológico, es importante entonces tomar conciencia de ello y hacer la intención de querer solucionarlo. Una vez dado este paso consciente, las soluciones mom®, como emisoras de ondas escalares beneficiosas, pueden acompañarte a calmar estos tumultos emocionales que se expresan en la piel.

El equipo de Espace mom®