El otoño ya está aquí, y con él, los días son más cortos y con menos luz. Estas variaciones de luz no dejan de tener un impacto en el cuerpo. Estado de ánimo, memoria, sueño, capacidad de aprendizaje… los efectos biológicos de la luz sobre nuestra vitalidad son numerosos. La luz entra en nuestro cuerpo a través de las células del ojo, que están conectadas al cerebro, y envía mensajes estimulantes o inhibidores a nuestro reloj biológico interno, que se encuentra en una pequeña zona del cerebro cerca del hipotálamo.   Basado en un ciclo de 24 horas, este reloj biológico marca el ritmo del cuerpo según las indicaciones recibidas de las señales luminosas percibidas. Cuando la luz es óptima, el reloj biológico controla, por ejemplo, la secreción de hormonas implicadas en la actividad física y cerebral, mientras que cuando da paso a la oscuridad, el cerebro comienza a producir hormonas nocturnas, como la melatonina, que induce el sueño. 

La luz, un gran regulador del estado de ánimo

Por lo tanto, es fácil entender por qué la falta de luz que caracteriza a los períodos de otoño e invierno provoca cambios significativos en el ritmo del cuerpo. El cuerpo tiende naturalmente a seguir el ritmo indicado por la luz. Lo ideal es que pueda seguir este ritmo estacional libremente, para que no se vea vulnerado por tener que adaptarse a un modo de funcionamiento contrario. Pero nuestro estilo de vida no nos permite adaptarnos a este ritmo estacional. El resultado es un estado de fatiga comprobado, una falta de dinamismo, un descenso de nuestra energía vital e incluso de nuestra moral. La depresión estacional, con su aversión a los alimentos dulces y su falta de motivación, e incluso los trastornos del sueño, también están estrechamente relacionados con la falta de luz. 

Las soluciones mom®, para un invierno más luminoso

La exposición a los rayos de luz en la medida de lo posible, como tomar una cura de vitamina D, la vitamina del sol, ayuda a reducir las consecuencias de esta falta de luz en nuestras vidas. Las soluciones mom®, como emisoras de ondas escalares, estas ondas naturales que son beneficiosas para todos los seres vivos, son también soluciones al alcance de todos para vivir este periodo con más suavidad. Al actuar directamente en el corazón de las células, facilitan la asimilación de los distintos cambios inducidos por la disminución de la luminosidad en el plano físico y psicológico. Los colgantes energéticos mom® tendrán así un efecto global sobre la vitalidad de la persona que los lleve, ya que las ondas escalares que emanan de ellos están al unísono con los procesos biofísicos de información energética del cuerpo. Además, reforzarán el organismo y su inmunidad, especialmente solicitada en estos periodos, que suelen rimar con la aparición de virus y su propagación. 

El equipo de Espace mom®