UNA APLICACIÓN PARA SMARTPHONES QUE MIDE LAS ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS: ¿UNA PARADOJA?

ARNAUD LEGOUT, INVESTIGADOR DEL INRIA (INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIÓN EN INFORMÁTICA Y AUTOMATIZACIÓN) HA DESARROLLADO UNA APLICACIÓN PARA SMARTPHONES CUYA MISIÓN ES MEDIR EL GRADO DE EXPOSICIÓN A LAS ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS.

ENFOQUE DE PREVENCIÓN Y PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN

Arnaud Legout, investigador del INRIA de Sofía Antipolis, ha desarrollado ElectroSmart, una aplicación con el loable doble propósito de hacer avanzar los estudios y, al mismo tiempo, detectar posibles peligros. De hecho, el objetivo principal de esta aplicación es la transparencia para el público. El objetivo es permitir que cualquier persona expuesta a campos electromagnéticos (es decir, casi todo el mundo) sepa cuándo y en qué grado está expuesta, gracias a una unidad de indicación legible para los profanos: el e-score. Un beneficio secundario de esta aplicación es que permite recoger datos y, por tanto, utilizarlos en última instancia en estudios epidemiológicos sobre el impacto y la nocividad de las ondas electromagnéticas en la salud. Hasta la fecha, ElectroSmart ha recogido 700 millones de datos.

Parece necesario desarrollar detectores de campos magnéticos para evitar la exposición, especialmente de las personas sensibles. El número de casos denominados «electrosensibles» aumenta constantemente, caracterizados por síntomas clínicos como trastornos del sueño, dolores difusos e inexplicables y nerviosismo. Los vínculos causales directos con la exposición a las ondas electromagnéticas siguen siendo difíciles de establecer, pero parece que dependen de la naturaleza, la frecuencia, la duración y la intensidad de la exposición. En este contexto, la pertinencia de desarrollar un dispositivo de medición de ondas no está en duda.

LA PARADÓJICA ELECCIÓN DEL SMARTPHONE COMO SOPORTE DE LA HERRAMIENTA DE MEDICIÓN

Aunque el interés por utilizar un detector electromagnético está justificado, la elección de desarrollarlo en forma de aplicación para smartphones puede resultar sorprendente. De hecho, los smartphones encabezan la lista de objetos conectados sospechosos de ser peligrosos para la salud. Acusados de provocar dolores de cabeza, alteraciones hormonales e infertilidad masculina, los teléfonos móviles son los primeros generadores de ondas electromagnéticas de los que debemos desconfiar. Por lo tanto, parece bastante paradójico tener que utilizar una fuente de ondas electromagnéticas para medir su potencia y el campo de exposición en el entorno. Sobre todo porque la aplicación no mide las ondas emitidas por una serie de fuentes, como microondas, teléfonos inalámbricos, líneas de alta tensión y medidores Linky. Pero, ¿qué mide realmente esta aplicación? ¿Ondas en el entorno, excepto las generadas por un gran número de objetos cotidianos? ¿Mide las ondas creadas por el propio «Smartphone-detector electromagnético»? La solución de la aplicación como dispositivo de medición de ondas electromagnéticas puede parecer bastante contradictoria e, independientemente, no exhaustiva en sus resultados. Teniendo en cuenta que en este momento es preferible favorecer el principio de precaución, ¿quizás haya otros dispositivos que utilizar? Más que herramientas de medición, ¿no sería más útil favorecer los dispositivos de protección contra las ondas, destinados a captarlas, convertirlas y potenciarlas en energías positivas gracias a las ondas escalares?