Mientras los despliegues aumentan en Europa y se esperan las primeras propuestas en Francia para finales de año, los temores que suscita la llegada del 5G se ven reforzados en este periodo de crisis sanitaria por el coronavirus. Las principales preocupaciones sobre la generalización de esta quinta generación de tecnología de comunicación inalámbrica provienen de la multiplicación de las antenas de relevo que emiten ondas electromagnéticas. Ante esta proliferación de antenas emisoras, muchos se preguntan por los efectos a medio y largo plazo de la banda ancha en el medio ambiente y la salud. Diseñada para hacer frente al enorme crecimiento de los datos y la conectividad en la sociedad moderna, esta nueva tecnología ofrece impresionantes capacidades de intercambio y almacenamiento de datos y volúmenes de llamadas prácticamente ilimitados. Para ello, utiliza un ancho de banda de ondas milimétricas (MMW) sin explotar, entre 30 y 300 GHz, así como algunas frecuencias bajas y medias. Frecuencias de radio que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIRC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado como posibles carcinógenos humanos (Grupo 2b).

La frecuencia de las ondas en cuestión

Se distinguen dos familias de radiaciones: las ionizantes y las no ionizantes. Las radiaciones ionizantes, como los rayos ultravioleta, los rayos X o los rayos gamma, modifican el ADN debido a su longitud de onda, provocando mutaciones que pueden conducir al cáncer. Estas últimas, como las ondas electromagnéticas, no modifican el ADN, pero tienen un efecto térmico, cuyos efectos a largo plazo aún se subestiman, y pueden dañar los tejidos biológicos por calentamiento. Aunque algunas autoridades afirman que, gracias a los umbrales de frecuencia que se respetan, no hay riesgo de efectos nocivos para la salud por parte del 5G, cabe preguntarse si será posible controlar y respetar estos umbrales.

En sí mismo, el 5G no será diferente de sus primos 3G o 4G. Aunque las señales se transmitan con una codificación diferente, la interacción entre los campos electromagnéticos y los seres vivos sigue siendo casi idéntica. De hecho, no es la naturaleza de las ondas electromagnéticas del 5G lo que plantea dudas, sino su frecuencia de emisión. Su velocidad promete ser diez veces mayor que la del 4G, por el número de objetos o sistemas domóticos que pueden conectarse simultáneamente, también multiplicado por diez. Por lo tanto, las frecuencias utilizadas serán mucho más altas, así como el número de antenas de relevo para propagarlas. ¿Cuáles son los posibles riesgos para nuestra salud y cómo podemos protegernos de ellos?

Soluciones mom contra la exposición a las ondas electromagnéticas

Las personas electrohipersensibles (EHS), que no toleran la exposición a las ondas electromagnéticas, son las más afectadas. Quemaduras, acúfenos, migrañas… son algunos de los síntomas que padecen. Pero el desequilibrio energético que genera en cada persona la exposición a dichas ondas puede ser la causa de muchas patologías: cánceres, estrés celular que aumenta los radicales libres nocivos, provocando daños genéticos y en el sistema reproductivo, déficits de aprendizaje, memoria y concentración, o trastornos neurológicos. También es difícil saber exactamente qué efectos tendrá el 5G en el cerebro. Por eso es importante poner en marcha el mayor número posible de soluciones de protección contra estas ondas electromagnéticas.

Las soluciones mom® cumplen este requisito de protección. Están equipados con dispositivos que captan las ondas electromagnéticas y las convierten en ondas positivas favorables al desarrollo de la vida, simplemente invirtiendo su polaridad y emitiendo ondas escalares. Desde los colgantes mom®, que permiten una protección individual, hasta el corector ambiental mom ®, que irradia a más de 100 metros, se proponen diferentes soluciones para preservar uno mismo y su hábitat al igual que cualquier otro tipo de entorno. Ante la llegada masiva del 5G y de las ondas electromagnéticas que transporta, estos dispositivos mom® deben desarrollarse ampliamente con vistas a preservar la salud de los seres vivos.

El equipo de Espace mom®