LOS DEBATES, LAS INVESTIGACIONES Y LOS EXPERIMENTOS SOBRE EL IMPACTO DE LAS ONDAS MAGNÉTICAS GENERADAS POR NUESTROS SMARTPHONES, SI BIEN VAN EN AUMENTO, AÚN ESTÁN LEJOS DE SER UNÁNIMES. ¿ES LA PROPIA ONDA ELECTROMAGNÉTICA PERJUDICIAL PARA LA SALUD? ¿ES UNA CUESTIÓN DE INTENSIDAD, DE CAMPO MAGNÉTICO O DE FRECUENCIA DE EXPOSICIÓN? AUNQUE TODAVÍA HAY MUCHOS INTERROGANTES, UNA COSA ES CIERTA: NUESTROS SMARTPHONES PRODUCEN ONDAS MAGNÉTICAS, Y POR TANTO UNA FORMA DE ENERGÍA.

EL PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN

La ANFR (Agence Nationale de Fréquences) ha creado el SAR (Specific Absorption Rate), es decir, una unidad de medida de las ondas electromagnéticas que determina su conformidad con la normativa europea. Por lo tanto, podemos imaginar que si es necesario reglamentar, por un lado, y medir, por otro, para establecer una norma in fine, es, en efecto, porque todavía existen incertidumbres, sospechas, e incluso preocupaciones, que requieren la imposición de normas de protección contra las ondas electromagnéticas.

En este contexto, se sigue aplicando el principio de precaución. Por ejemplo, las autoridades sanitarias francesas siguen aconsejando restringir la exposición de los jóvenes a los teléfonos móviles y evitar su uso por parte de los menores de 15 años.

EFECTOS SIGNIFICATIVOS

Si bien la peligrosidad de las ondas electromagnéticas producidas por nuestros Smartphones aún está por demostrar, ¡su existencia y efectos no son dudosos! Las ondas generan una energía invisible, inaudible e indolora para algunos y, por el contrario, difícil de vivir para otros: los electrosensibles. Además de algunos casos de efecto «nocebo» (lo contrario del efecto placebo) que se han observado, hay muchas manifestaciones clínicas atribuibles a diferentes grados de electrosensibilidad, término que ha sido adoptado por la OMS (Organización Mundial de la Salud). Dolores de cabeza, arritmias cardíacas, alteraciones hormonales o trastornos de la fertilidad masculina, se han denunciado algunos casos, pero todavía son marginales.

Sin hablar de enfermedades graves, está demostrado que los smartphones, y más aún las ondas electromagnéticas, tienen un impacto en los organismos vivos. Los experimentos simples basados en la exposición de las semillas a las ondas han mostrado disparidades en el crecimiento de las semillas expuestas, mientras que las semillas preservadas de las ondas habían crecido de forma más importante y homogénea.

EFECTOS POTENCIALMENTE POSITIVOS

Ante estas dudas y controversias, algunas personas se están equipando con un detector de ondas electromagnéticas, para saber dónde, cuándo y cómo se exponen. Pero existe un dispositivo, lejos de ser un dispositivo contra las ondas electromagnéticas, que, por el contrario, las capta y las potencia en energía positiva, favorable a los sistemas vivos y que los alimenta de energía. Este dispositivo contra la contaminación electromagnética se presenta en varias formas (colgantes, correctores de la red eléctrica o del entorno, colchones terapéuticos), y está diseñado para transformar las ondas electromagnéticas dañinas en ondas de energía escalar con carga positiva.

Mientras ningún estudio afirme definitivamente las consecuencias negativas de las ondas electromagnéticas sobre la salud, el principio de precaución y todos los sistemas que puedan reducir o transformar positivamente su impacto parecen ser el mejor camino a seguir.